Hacinamiento: el primer disparador de violencia
Dice que en Adaptación Social, “Hay mecanismos de control que van orientados a identificar a esta gente (los agresores). Esto nos da la posibilidad de poder identificarlos con las valoraciones técnicas, lo que nos ayuda a ubicarlos en un perfil criminológico de mayor contención y observación”, mencionó.”
Grave mentira, pues si así fuere, este joven que fue objeto de Violación, no hubiere estado en un modulo en el cual fue objeto de la violencia con que fue tratado, tubo que haber sufrido dicha vejación, para ser ubicado en un ámbito donde por su historial y edad, debió haber sido instalado desde un inicio. Pero además de ello, obvio indicar, que ante el hacinamiento, estos perfiles de ubicación, son de imposible cumplimiento, porque no hay espacios para dichas ubicaciones. Ejemplo claro es el hecho de que hoy día el Centro de Atención Institucional Reforma, mantiene a privados de libertad, primarios, con perfiles de Centros Institucionales de Menor Contención.
Son parcos en Adaptación Social y el Instituto Nacional de Criminología en indicar que la represión excesiva, traducida en el aumento desmedido de las penas en aras de hacer creer a la ciudadanía que manteniendo a los delincuentes en la cárcel por periodos más largos NO son la solución, y que ello no ha tenido los resultados esperados, por quienes han ofrecido mano dura a cambio de incluso sus votos electorales.
Se ha demostrado que la prevención y atención adecuada de las conductas delictivas, desde sus origines y causas han generado mejores resultados que la represión misma.
Cuando a Privados de Libertad, se les ha permitido acceder a programas de atención, con trabajo, educación y mejores oportunidades de resocialización, estos se han reinsertado a la sociedad de manera adecuada y han dado un cambio a sus vidas que no solo favorecen a sus familias, sino al entorno en el cual se desenvuelven como ejemplo de que si se quiere se puede.
Somos claros en indicar, que no es que seamos defensores a diestra de que no tiene que haber sanción, lo que indico es que si hay sanción, la obligación del Estado es establecer políticas de rehabilitación adecuadas en sus centros carcelarios para que las cárceles no sigan siendo escuelas de delincuencia tal cual hoy día son en su mayoría.
Para muchos ciudadanos el encarcelamiento de infractores en las prisiones es la pena ideal, pensando que cuando un infractor es encarcelado, recibe su merecido por el delito cometido ante la sociedad, pero que hay de las victimas perjudicadas directamente por los hechos delictivos que han concluido el juzgamiento del infractor, esto le repara el daño material, la pérdida de tiempo, las lesiones corporales, mentales, muerte de un familiar, entre otras, mas peor aún entonces que pasaría con las victimas que tendrían este mismo problema, pero con la diferencia de que su agresor no ha sido capturado o si ha sido capturado ha quedado en libertad ya sea por irregularidades en el proceso o la penalidad del delito cometido.
La cuestión es de interés para todos, no solo para quienes se han visto afectados directamente por el crimen, pues nuestra calma mental, por no decir nuestra seguridad, depende en gran medida de que los individuos que cometen hechos ilícitos sean detenidos por los organismos de seguridad del Estado y cumplan con el proceso correspondiente según el delito, y una vez cumplidas su condena, salgan a la calle reformados, y no simplemente endurecidos por la vida llevada en la prisión. Pero para esto es necesario la existencia y la ejecución de un sistema penitenciario que facilite programas de atención a la víctima constantemente tanto como en lo legal como lo médico- psicológico y en cuanto los infractores le garantice un juzgamiento imparcial ajustado al derecho y garantías constitucionales, y que sus vivencias en la prisión no promuevan a un profesional en el delito, porque muchos de estos delincuentes comienzan con delitos menores, luego pasan a delitos contra la propiedad y por último se licencian en delitos contra las personas.
Por ello, considero que la prevención es una materia que en cuestión de gasto es menos costosa y sus resultados son más baratos que la misma represión.
(*) Abogado penalista, cedula 3-271-045
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Fuente: Diario El País cr